domingo, 7 de octubre de 2007

Alcaucín



Segundo pueblo y cambio radical. Pasamos de la tierras llanas de la comarca de Antequera al terreno montañoso de la Axarquía. De terrenos pertenecientes a condes y marqueses a los últimos escondrijos de moriscos, los últimos restos de lo que fue durante siglos.

La Axarquía significa algo tan sencillo como 'la parte oriental' y es que nos encontramos en el extremo oriental de Málaga, bordeando con Granada en pueblos que casi se confunden. Siempre he pensado que tanto Almuñecar podría ser de Málaga como Nerja granadina.
La Axarquía es una zona montañosa llena de escondrijos y recovecos. Los moros supieron aprovecharla. Supieron sacarle partido a terrenos difíciles de cultivar sino era aplicando ingenio y ganas. Y la transformaron en una comarca rica, llena de productos propios que aprovechaban el excelente clima de la zona.
Entre que fue de las últimas zonas conquistadas de la península y que los moros eran los que sabían sacarle partido, después de la 'reconquista' aquí, así como en la Alpujarra granadina, siguieron viviendo sus habituales moradores hasta que en el siglo XVII, los conatos de revolución de moriscos que cada vez vivían en peores condiciones provocaron su expulsión.
Dos apuntes más curiosos de la Axarquía:
Primero que es uno de los pocos territorios de la Unión Europea que tiene moneda propia: el axarco.
La segunda curiosidad es que, aunque no lo parezca, Axarquía se pronuncia 'Ajarquía' ya que esa 'x' viene del antiguo siglo XVI cuando esa grafía tenía esa pronunciación. En Córdoba, por ejemplo, tienen el barrio del Aljarque, que se refiere a la parte Este de la ciudad.
Empezamos los pueblos Al, pueblos de clara herencia árabe. En este caso Alcaucín significa los arcos, aunque no se sabe muy bien a que arcos se referían, si a los arcos que se pudieran hacer en el pueblo con las buenas maderas que se podían obtener en la Sierra Tejada o a los arcos de algún puente romano cercano.
Los habitantes de Alcaucín son conocidos como alcaucineros o alcaucineños.
Alcaucín es un pueblo chiquito, con encanto. De calles empinadas y estrechas lo recorres en menos de media hora a paso muy tranquilo. Desde su entrada hasta su zona más alta, al lado de la ermita pasas por su fuente de los cinco caños, el Ayuntamiento y la iglesia. Poco más y poco menos. Pueblo tranquilo, casi sin circulación salvo algún guiri turisteando y alguna furgoneta vendiendo melones y sandías.

Afortunadamente este pueblo no se ha desmadrado. Se ven construcciones cercanas e incluso algún guiri se ha venido a vivir al pueblo pero se aprecia su tranquilidad.
La cercanía de la inmensa Sierra Tejada transmite frescor y anima a recorrer caminos entre su empinada arboleda.

Pero a parte de encanto este pueblo tiene otra cosa muy importante. Tiene leyenda.
Desde el pueblo se divisa la Meseta de Salía (o Zalía, no está clara la ortografía) y en ella se encuentran los restos del Castillo de Salía. Este castillo es de origen fenicio y fue usado por los árabes. Pero la leyenda va más atrás de los fenicios, a los tiempos en los que Ulises vagaba perdido buscando su Itaca, y por lo que parece, por aquí le pasó alguna que otra aventura.

Otra leyenda más cercana corresponde a cuando el cristianismo llegó a Málaga y San Patricio, primer obispo de Málaga, intentaba cristianizar las antiguas paganas tierras. Por lo que parece al intentar evangelizar los terrenos de la ciudad de Salía fue expulsado varias veces, en una de las cuales, ya harto, condenó a la ciudad y de la tierra surgieron serpientes que hicieron huir a sus habitantes hasta que quedó abandonada (fíjense el parecido con el Patricio de Irlanda y su escasez de serpientes en la isla).
La verdad es que extraña ver la meseta con unas vistas y situación envidiable completamente vacía. Parece que la maldición se alarga en los siglos.


El otro punto predominante del panorama de Alcaucín es el boquete de Zafarraya, frontera natural con la vecina Granada. Es natural que los primeros habitantes de la zona, una vez suficientemente asentados en los montes de la Axarquía, viendo esa apertura entre las montañas se vieran tentados a seguir investigando y curioseando, llegando a nuevos terrenos, al otro lado de las montañas todo es más llano y más cultivable. El boquete de Zafarraya es la historia de una frontera que une y que separa siendo la Venta de Zafarraya un pueblo que ha pertenecido tanto a Málaga como a Granada siendo en un tiempo hasta compartido entre Velez y Alhama.

El próximo Alfarnate

PS: El pueblo está exactamente aquí

Ver mapa más grande
PS': Para saber más (Ayuntamiento, Wikipedia, Axarquía, Diputación)